Estaba en el aeropuerto. Esperaba a Liam. Ese día me lo cogí
libre en el trabajo, pues quería estar con él. Estaba nerviosa. No sabía cómo
reaccionaría al verle, y no sabía cómo le contaría lo de Harry, porque
necesitaba contárselo. Mientras esperaba en aquel banco del aeropuerto sentada,
pensaba en todo lo que había cambiado mi vida desde que pisé esa ciudad.
También pensaba en Harry, ¿qué habría sido de él en estos días? No sabía nada
de él, tampoco había intentado contactarle porque sabía que tanto él como yo,
necesitábamos tiempo. Y allí estaba Liam, agarrado de una maleta acercándose a
mí.
-¡Cariño! - Gritaba mientras se acercaba más a mí.
-¡Hola! ¡cuánto tiempo! – Le dije mientras me alzaba dándome
un abrazo.
-Estas preciosa. Ese pelo te queda muy favorecedor. ¡Te he
echado tanto de menos!
-Gracias… - Le dije simplemente. – Vamos, vamos a mi casa.
Tenía todo planeado. Quería contarle toda la verdad a Liam,
todo, absolutamente todo. Su sonrisa era perfecta y echaba de menos verle, pero
siendo sincera, por dentro estaba demasiado muerta como para pensar en su
sonrisa. Y ahí estaba el momento en el que me di cuenta de que de verdad quiero
a Harry, el momento cuando besé a Liam, no sentí lo mismo que cuando besé a
Harry. Quizá porque aquello que sentía por Harry era enorme. Inmenso.
Mientras estábamos en el taxi yendo para casa de Perrie, él
me contaba su experiencia en el trabajo mientras yo le miraba con los ojos
perdidos.
-Ya hemos llegado – Dije abriendo la puerta de la casa de Perrie.
-Vaya, que bonita casa. Es grande… - Exclamó mientras miraba
para todos los lados.
-Sí. – Le dije sonriéndole. – Ven, te llevaré a tu
habitación.
-¿No vamos a dormir juntos? – Dijo.
-No, no podemos.
Le llevé a la habitación que estaba al lado de la mía, que
era la que había pedido yo misma a Perrie que reservase para Liam, pues el
ambiente no iba a estar del todo bien como para dormir juntos. Abrí la puerta y
le enseñé la habitación. Pero algo, quizá el destino, jugó en mi contra.
-¿Quién es ese de la foto? – Me preguntó. Ese de la foto era
Harry. Perrie tenía una foto de Harry justo en la mesilla de la habitación.
-Mmm… - Pensé el qué decirle. – El hermano de mi compañera
de piso…
-No sabía que tuvieses compañera de piso. – Me dijo.
-Ya, cambios de planes. – Le dije.
-¿Y conoces a ese chico? – Me preguntó de nuevo Liam. Un
escalofrío recorrió mi cuerpo cuando mi boca se abrió y pronunció.
-No. – Mentí, de nuevo.
Y mientras mentía a Liam pensaba. Y no. No sentía lo mismo por Liam. Estaba totalmente reacia a
cualquier gesto de amor que me hacía. Yo no paraba de pensar en Harry.
~
Después de acomodarse, fuimos a comer a un restaurante
italiano que estaba cerca de la casa de Perrie. Un restaurante elegante donde
nos sentamos en una mesa de dos, al lado de una ventana. El lugar en el que
quería confesarle todo a Liam. Estaba segura, más que nunca.
-¿Y qué tal tu trabajo? – Me preguntó mientras bebía de su
copa.
-Bien. Normal. Suficiente para ganarme un dinero. – Liam no
notaba mi forma de comportarme.
-Pues el mío es genial. He conocido a gente nueva y estoy
deseando que vengas de nuevo a Barcelona para presentártela.
Mis oídos oían lo que
Liam le decía, pero no le prestaba atención. Mi atención se la llevaba el chico
que estaba sentado justo en el banco de en frente. Con un gorro y con su pelo
saliente de ese gorro. Era indudablemente él. Era Harry.
-Voy al baño. – Fue lo único que escuché de nuevo de la boca
de Liam. Yo le sonreí asintiendo mientras no quitaba ojo a ese chico.
Me levanté de la silla y abrí la puerta de ese restaurante. Necesitaba
tomar aire, necesitaba procesar todo eso que me estaba pasando. No tenía
intenciones de cruzar esa calle e ir a ver a Harry, pero lo terminé haciendo.
Crucé la calle mientras su mirada seguía
yendo fija hacia el suelo.
-Harry… - Dije. Él levantó su mirada hacia a mi y se
sorprendió.
-¿Qué haces aquí? – Me preguntó. -¿No deberías de estar con
tu novio?
-Está ahí dentro…
-¿Por qué sales? ¿Estás loca? Te podría descubrir… - Intentó
convencerme de que volviese al restaurante, pero yo no le hice caso.
-Harry… yo te quiero a ti. Necesito que lo sepas, necesito
decírtelo cada día… Ahora que le he visto estoy aún más segura de lo que
siento…
-Tú me quieres, ¿no?
-¡Claro! – Le exclamé sin pensarlo.
-Entonces no le digas nada de mi existencia a tu novio. Sé
feliz con él. Recuerda esto como una simple anécdota que ha pasado por alguna
razón que ni tu ni yo sabemos. Pero ha pasado.
-¿Quieres que esté con mi novio sin quererle? – Le pregunté
alarmada. Él simplemente me miró y confirmó con una agitación de su cabeza.
-Es lo mejor.- Añadió. – Para ti porque yo jamás me tuve que
meter en tu vida, y para mi, porque así se que eres completamente imposible.
-Entonces… ¿quieres decir que no podremos ser como antes
éramos? – Pregunté.
-Lo hago porque sé que yo solo soy un capricho en tu vida.
Que tú a quien de verdad quieres es a tu novio. Será lo mejor. Júramelo, por
favor, _____
-Lo… lo juro…
Mis ojos se inundaban mientras yo pronunciaba esas palabras.
Los suyos eran fuertes esta vez, así que permanecieron intactos.
-Creo que te buscan… - Me dijo Harry mirando al otro lado de
la calle.
-Pero… yo te quiero… - Dije sin miedo a que Liam me
escuchase.
-Si me quieres haz lo que te he dicho. – Mi mirada fue hacia
Liam mientras él miraba para todos los lados de la calle, en busca mía. –Hazlo.
- Insistió Harry.
Me retiré unos pasos de él y aterricé en el asfalto. No le
quitaba ojo, pero Harry se giró y comenzó a andar calle arriba.
-¡Ahí estás! – Gritó Liam. -¿Qué haces? ¿Por qué saliste?
-Vi a una compañera de trabajo, me acerqué a saludarla.
Liam me sonrió y pasamos de nuevo al restaurante. La comida
ya estaba servida.
-¿Y qué era eso que me tenías que decir tan urgente? – Me
preguntó. Ahora era el momento en el que yo debería de contarle todo lo que
pasó con Harry, pero juré no hacerlo. Se lo juré a él, y pensaba cumplirlo, al
menos por el momento.
-Me han ascendido en el trabajo. – Improvisé.
-Oh, eso es fantástico!
Liam era una gran persona y no se merecía todo lo que le
había hecho estos últimos meses. Pero sinceramente, no lo hice con ninguna mala
intención. Si no hubiera besado a Harry, jamás me hubiera dado cuenta de que me
estaba enamorando de él, y jamás me hubiera enterado de que Harry también me
quería a mi…
-¿Y vendrás a España por Navidades? – Me preguntó Liam. –
Quedan apenas dos semanas. - ¡Navidad! No me acordaba…
-Pues… supongo… - Sí. Suponía pero quería ir a España. Debería
de ir a España por Navidad.
-Genial. Así te puedo presentar a todos mis amigos del
trabajo, como ya te dije. Además que las navidades es para pasarlas en familia.
Tus padres te echarían de menos si no estuvieses ahí esos días.
Liam tenía tanta razón. Además que era una gran ventaja, era
la única manera de olvidarme de Harry. El irme de ese país. El no verle por un tiempo, el no ver a nadie ni a nada
que tuviese que ver con él. Era la única manera de poder mantener mi promesa.
Aun que, todo esto que yo estaba haciendo estaba mal. No
paraba de meter la pata y hacer todo lo contrario a lo que debería de hacer en
una vida normal. Pero, sabía que Harry me pidió que no le contase nada a Liam
porque era de la única manera que supuestamente yo fuese feliz. Harry se estaba
comportando realmente bien conmigo, al igual que Liam. Quería a dos personas
que eran un cielo las dos. Pero en ningún momento mi intención fue hacerle daño
a ninguno de los dos.
-¿____? – Liam interrumpió mis pensamientos. -¿Estás bien?
-Sí. Claro.
-¿Quieres que vayamos a el
London Eye? – La pregunta de Liam me sorprendió.
-Cla… claro. Genial. – Mi cabeza solo tenía en ella una
imagen: La de Harry agarrándome por la
cintura.
Un taxi nos llevó hasta él. De nuevo estaba pisando el suelo
que un día pisé con Harry y de nuevo pisaría una de esas cabinas donde estuve
con Harry. Me sentía realmente mal. No quería hacerle esto a Liam. Le estaba
engañando y me estaba engañando. No quería seguir viviendo en esta farsa. Pero
no me quedaba otra. No podía abrir la boca.
-¡Vamos! – Me animó Liam. Era nuestra hora de subir a esa
cabina.
De nuevo subía por esa noria tan famosa de la ciudad de
Londres. La ciudad donde había descubierto una parte de mi que jamás podría
haber sabido, una parte de mi que jamás podría haber descubierto si Harry no
hubiera aparecido en mi vida. Esa ciudad que se supone que solo me iba a dar
trabajo y una vida durante una época de mi vida, me dio algo que valía más que
todo eso junto. Me dio a Harry. Me dio a la persona que me enseñó a amar. A la
persona que me enseñó a enamorarme.
Agité la cabeza. Quería sacarme esa idea de la cabeza.
Necesitaba sacarme a Harry y a todos los momentos que había vivido con él.
-¿Qué te ocurre? – Me preguntó Liam.
-Nada, estoy bien. – Le sonreí.
-Estas vistas son muy bonitas.
-La verdad es que si. Son preciosas.
-No más que tú. – Me miró y sonreímos. – Y bueno, creo que
ya es el momento. – Dijo Liam. Le miré extrañada mientras él rebuscaba en el
interior de su bolsillo. – Hemos compartido tanto tiempo juntos, tantas cosas.
Has sido mi primer amor y con quien quiero compartir el resto de mi vida, así
que… ¿quieres casarte conmigo?
Ehehehe... Sooo caballo! Pero a dónde vas Liam? Cómo que si quiero casarme contigo? Cielo, te quiero, pero en esta historia estoy enamorada de Harry... Tal vez en otra novela? Pobre Harry... No sabe lo que dice.
ResponderEliminarQue dure mucho más.
xx
uh que dura pero tienes razon... Liam,cariño a qui quiero a harry asi q para el carro y espera tu turno
EliminarEhehehe... Sooo caballo! Pero a dónde vas Liam? Cómo que si quiero casarme contigo? Cielo, te quiero, pero en esta historia estoy enamorada de Harry... Tal vez en otra novela? Pobre Harry... No sabe lo que dice.
ResponderEliminarQue dure mucho más.
xx
Ahh dios mío. ¿Qué hago?
ResponderEliminarEstoy enamorada de Harry y Liam me pide que me case con él...