La imagen de aquella chica besando a Harry no paraba de
pasearse por mi cabeza, la conversación que a través de esas paredes se
escuchaba, pero no se entendía me hacía ponerme más nerviosa aún. Esa noche me dormí
a altas horas de la madrugada.
Amanecía aquel domingo de Noviembre. Me incorporé de la cama
y me puse las zapatillas de pelo que tenía para estar en casa. Me miré al
espejo que tenía al lado del armario y coloqué algo mi pelo. Mis ojos estaban hinchados
y mis ojeras destacaban. Abrí la puerta de mi habitación con cuidado por si
acaso Harry aún estuviese dormido, y así era. Desayuné rápidamente y me metí en
la ducha. Cuando salí cogí mi teléfono. Tecleé el número de Perrie. Después de
dos pitidos, la hermana de Harry atendió mi llamada.
-Hola ____ ¿Qué te pasa? ¿Por qué me llamas tan temprano? –
Preguntó.
-¿Te pillo durmiendo? – Pregunté asustada.
-No, para nada. Estoy de compras, hay una rebaja especial en
una de las tiendas mas famosas de Londres y estoy esperando a que abran. – Sí,
Perrie era así, pero era fantástica.
-Oh, valla…
-¿Qué pasa?
-Necesito hablar contigo, necesito contarte algo… - Sí,
decidí contarle toda la verdad a Perrie, necesitaba que alguien me escuchase y
me aconsejase, necesitaba aclararme mis ideas y sobretodo, mis sentimientos.
-Está bien, si quieres vente conmigo de compras y luego nos
vamos a tomar algún café y me cuentas. – Dijo.
Después me dio las señas de donde estaba esa tienda. Cogí
unos vaqueros con una sudadera con mis converse. Bajé a la calle, el frío
estaba presente. Cada día bajaba más la temperatura. Seguí las señas de Perrie
y la encontré, dentro de ese mogollón de gente que esperaba ansiosos la apertura
de esa tienda. Cuarenta y cinco minutos después, abrieron las puertas. Eso fue
un caos, aunque todo era ridículamente barato. Me compré alguna que otra cosa,
pero no mucho. Después de esas rebajas, Perrie y yo nos fuimos a una cafetería
a tomar café. Nos acomodamos y fue cuando llegó la pregunta.
-¿Por qué me necesitabas tan pronto? – Preguntó.
-Todo esto te va a resultar extraño. Todo esto será una
locura. Pero de verdad, no puedo aguantarlo más. – Mis ojos iban brillando cada
segundo un poco más. – Estoy a punto de estallar por dentro, y lo haré si no se
lo cuento a alguien.
-Tranquila, en mí puedes confiar, yo seré una tumba. – Dijo agarrándome
la mano.
-Verás. – Perrie me miraba fijamente a los ojos mientras
ellos estaban bañados totalmente en lágrimas. – Este tiempo que llevo en Londres
me ha hecho reflexionar mucho sobre mi vida… Desde que llegué, alguien se ha
estado comportando genial conmigo, tratándome de en sueño y haciendo cosas por
mí que jamás nadie antes había hecho. Es un chico amable, educado, simpático. –
Perrie prestaba atención a mi historia. – Jamás hubiera pensado que esto me
llegara a pasar, jamás antes de venir aquí vi esto como una opción…
-Pero – Me interrumpió. –El que te guste un chico no es
malo.
-Sí, en este caso sí que lo es… - Perrie arrugó el entrecejo,
mi explicación aún no había sido lo suficientemente amplía para que ella
entendiese todo.
-¿Por qué?
-Es que… en España tengo una pareja. – La boca de Perrie se
abría lentamente y sus ojos aumentaron de tamaño, aún más de lo que ya los
tenía.
-¿Qué? – Exclamó. -¿Por qué no nos lo habías dicho?
-Porque el chico que me está haciendo sentir estas cosas es…
- Ella hizo un gesto con la cabeza indicándome que continuara con la frase. –
Harry… - Se quedó en silencio unos segundos mientras aceptaba el nombre
-¿¡HARRY!? – Exclamó.
-Baja la voz!
-¿Mi hermano? – Sus manos iban directas a su boca. Yo miraba
el café.
-No puedes decirle nada, ni de que tengo novio ni de lo que
siento por él…
-No diré nada, pero, ____, sabes que esto está mal. Estás
mintiendo a Harry… como se entere algo malo pasará. Él odia que le mientan… -
Mis ojos de nuevo se llenaron de lágrimas de impotencia.
-No sé que hacer, ni siquiera sé ciertamente lo que siento
por tu hermano… estas semanas que he estado tanto tiempo con él me han sido tan
fantásticas…
-¿Cómo te diste cuenta de que podría gustarte?
-Anoche entró con una chica a casa… y se besaron delante de
mí. Realmente me molestó…
-¿Sabes? Seguramente esta confusión de sentimientos será porque
nunca has tenido una amistad con un chico como lo estás teniendo con Harry. No
le des más vueltas. Piensa en tu pareja
de España y en que le quieres a él.
-Tienes razón…
-Mira, si quieres hacemos una cosa. Tengo unos días la casa sola, mi compañera de piso se ha ido por temas de trabajo. Vente a
mi casa y así te aclaras, te alejas de Harry y piensas más en lo que debes de
hacer. – Me sugirió Perrie.
Acepté. Realmente era buena idea el alejarme de Harry por un
tiempo hasta que me aclarase. Después de ese rato que estuve charlando con
Perrie contando todo lo que sentía, me fui hacia casa. Me había venido
realmente bien para aclararme y desahogarme. Caminaba hacia casa para recoger
mis cosas.
Subí a el piso. Abrí la puerta y Harry se estaba sirviendo
el desayuno.
-¡Aquí estás! – Exclamó Harry nada mas verme.
-Sí. – Dije seca.
-Hoy me he tomado el día libre y hay un partido de fútbol.
Pensé que te gustaría venir conmigo a verlo. – Me sugirió Harry.
-No. No puedo. – La cara de Harry se transformó en plena
duda. –Me voy con Perrie a pasar unos días.
-¿Con mi hermana? – Preguntó extrañado. Yo afirmé con la
cabeza. -¿Por qué?
-Su compañera de piso se ha ido unos días y bueno, así nos
conocemos más. Además, así tu tendrás mas intimidad. – Eso último lo dije por
lo que pasó la noche anterior.
-Si te vas porque piensas que estorbas no lo hagas, a mi no
me estorbas. – Dijo Harry.
-No lo hago solo por eso. Yo también necesito estar con
chicas de vez en cuando.
-Bueno pues… está bien…
-Bien. – Le dije. Estaba muy borde con él.
-¿Te molestó que me trajese ayer a Charlotte? – Charlotte debería
de ser la chica morenita esa. –Dijo mientras me seguía hasta mi cuarto.
-Para nada. – Contesté mientras abría mis maletas y metía mi
ropa.
-Sólo fue un lio de una noche, no la tendré aquí todos los
días.
-No te estoy pidiendo explicaciones Harry, no debes de dármelas.
-No quiero que malinterpretes… - Parecía que me quería
convencer para que no me fuese.
-No lo hago. – Dije mientras cogía mi maleta. – Me tengo que
ir.
-¿Quieres que te lleve a casa de Perrie? – Preguntó.
-Cogeré un taxi.
Después de esa conversación, abrí la puerta y me dirigí
hacia la estación de taxis más cercana. Siendo sincera, no sabía si esa era la
mejor opción, escapar, huir, pero de momento, era la que mejor me venía.
~
Después de media hora en aquel taxi, llegué a la casa de
Perrie. No era un piso, era un chalet con un jardín amplio y una fachada
blanca. Era precioso. Pagué al taxista y bajé a llamar a la puerta. Un perro de
raza que desconocía, ladraba. Era grande y tenía el pelo brillante y negro.
-Tobie, no ladres. – Ordenó Perrie mientras me abría la
puerta. – Hola preciosa, pasa.
Constaba de tres plantas y cada una con su encanto. Perrie
tenía muy buen gusto decorando. Me acompañó a la que por unos días sería mi
habitación. Era así:
-Acomódate. – Dijo Perrie mientras me abría la puerta de la habitación.
Cerró la puerta para dejarme intimidad.
Acomodé mis cosas. Y allí estaba de nuevo la foto con Liam.
La miraba detenidamente. Mis sentimientos parecían estar apagándose. No sentía
lo mismo por aquel chico castaño de ojos pequeños y sonrisa perfecta, pero,
realmente me había hecho sentir tantas cosas que parecía que mi cabeza no
aceptaba la realidad.
La puerta de mi cuarto había sido golpeada.
– Por cierto. – Era Perrie –Esta noche vendrá Zayn con un amigo a cenar,
pensé que sería un buen plan para distraerte… ya sabes…
-Sí, perfecto. Me parece un buen plan. – Dije sonriéndola.
-¿Qué tienes ahí? – Preguntó acercándose a mi lado.
-Él es Liam… mi novio. – Dije enseñándole la foto.
-Es muy atractivo.
–Lo sé… - Mis ojos se
llenaron de lágrimas de nuevo.
-No llores. – Me dijo Perrie mientras me daba un abrazo. –
Tranquila, estos días estoy segura de que te servirán para aclararte.
-Perrie, cuando te digo que estoy totalmente perdida no te
miento. Es una angustia dentro de mí. Los sentimientos hacia Harry son algo
extraños, pero fuertes, que parece que es lo que hace apagar el fuego que tenía
hacia Liam. Estoy totalmente confundida, y necesito aclararme ya.
-Recuerda lo que te dije esta mañana. Lo que te pasa con
Harry es que has pasado mucho tiempo con él y te ha hecho confundir tus
sentimientos. Estoy segura de que a Liam le amas. – Dijo intentando calmarme.
*Ring Ring*
Mi móvil sonó.
-Te dejo hablar. – Susurró Perrie mientras que se iba retirando.
Saqué e móvil de mi bolsillo de el vaquero. Miré a la pantalla, era Harry.
-¿Sí? – Contesté.
-Te echo de menos. – Dijo inmediatamente Harry.
Mis ojos aún seguían húmedos. Miraba aquella habitación
intentando contener las lágrimas. Aclaré mi garganta pensando en qué le podía
contestar a Harry, porque ni siquiera sabía por qué me llamaba, ¿Por qué me
hacía esto? Pero, ¡si en realidad ese chico no tenía culpa! Y yo las estaba
pagando todas con él. Él no tenía culpa de los celos que sentí la noche
anterior, él no tenía culpa de mi confusión. Pero sin embargo, él si era el
culpable de todos los sentimientos extraños que se apoderaban de mi cuerpo, y
de mi corazón.
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