Pensaba ir a buscar a
Harry por toda esa ciudad, quien la sigue la consigue, y yo no iba a ser menos,
aunque tuviese que buscar en cada rincón de todo San Francisco.
Necesitaba ir al
aeropuerto para coger el billete de algún vuelo que me llevase a San Francisco.
Necesitaba que fuese cuanto antes. Y así lo hice. Cogí el billete para el fin
de semana, así no tendría que perder trabajo.
Tendría dos días y medio para buscar
en aquel país que desconocía por completo a Harry, y lo iba a hacer.
Después de ir hasta el
aeropuerto, llegué de nuevo a mi apartamento. Había dejado a Cris organizando
sus cosas. La dije que tenía cosas que hacer y la abandoné. Entré por la puerta
y estaba sentada en el sofá acompañada por Louis, su novio.
-Hola. – Saludé
-Hola. – Dijeron a la vez.
-Siento llegar tan tarde
es que me retrasé… - Les dije
-No pasa nada, tranquila.
Louis me ha hecho compañía casi todo el tiempo. – Me sonrió. -Creo que está sonando mi
móvil. – Dijo Cris. –Voy a por él. – Cris fue a su cuarto a por su móvil
mientras yo me sentaba en el sofá. Louis, el novio de Cris me sonrió.
-¿Qué tal con Harry? – Me preguntó.
Quería contarle la verdad, pero defraudaría a Harry, así que, no le conté nada.
-Bien. La verdad todo va
bien. – Le dije.
-¿Aún con la distancia? –
Louis acababa de hacer un gesto con su flequillo que me recordó totalmente al
gesto que hacía Harry con sus rizos. Tenían un cierto parecido. Un parecido que
me hacía envolverme en los ojos de Louis imaginando que eran los de Harry.
-Sí… - Dije confundida.
Louis de veras me recordaba a Harry.
-Le debes de querer mucho
para confiar en él… ya sabes, tan lejos. – Hasta el acento de las palabras era
igual que las de Harry.
-Ya estoy. Era mi madre. –
Dijo Cris sentándose al lado de Louis.
Mi mirada iba hacia aquel
chico en busca de alguna razón.
-Yo me voy a ir yendo. –
Dijo Louis levantándose del sofá.
-¿Ya? – Preguntó Cris.
Algo en mi cabeza decía
que no podía irse. Necesitaba que se quedase, necesitaba tenerle ahí para al
menos recordar más cerca a Harry.
-Podrías quedarte a cenar.
– Le sugerí.
-Mañana tengo que
madrugar, trabajo. – Dijo. Yo miré hacia abajo y comprendí que no podía.
-Bueno, me voy a mi cuarto…
- Dije incomoda. Necesitaba dejarles intimidad para que se despidiesen.
Sinceramente, tenía
envidia. Tenía envidia de esa parejita. Tenía envidia de verles juntos. Yo también quería estar así con alguien, y ese
alguien, muy a mi pesar, no era Liam.
Me tumbé en mi cama y me
puse a escuchar música. Acto seguido entró Cris a mi cuarto y yo me incorporé.
-Tía… estoy confusa. – Me dijo.
Parecía tener que desahogarse, así que me quité los auriculares y la escuché. –
Amo a Louis y adoro a Louis, pero es que no puedo seguir así… Él está distante
y eso me hace distanciarme a mi también, y fijarme en chicos que no debería. –
Prestaba atención a todo lo que me estaba contando Cris y me sentía realmente
identificada con cada una de sus palabras.
-Te entiendo. – Le dije.
-Ah, ¿sí? – Cris se sorprendió.
¡Qué tonta fui! Ella no lo sabía…
-Em…. Sí, claro. Eso a mí
me pasó hace ya tiempo. – Improvisé.
-¿Y qué hiciste? – Me preguntó.
Realmente parecía afectada por esa situación que vivía.
-Intenté estar con él
mejor que nunca y… funcionó. – Fue lo primero que se pasó por la cabeza. Sabía
que si ella arreglaba sus problemas con Louis, le podría seguir viendo durante
al menos esta semana y así tendría a Harry de alguna manera más cerca.
-¿Crees que debo estar bien con él? ¿Qué no me
debe afectar esto?
-Claro que no, serán
rachas. –La sonreí. Ella me miró y alivió.
-Muchas gracias, _____. Me
voy a dormir. – Dijo levantándose de la cama y dirigiéndose a la puerta. –
Mañana hablamos.
~
Las cinco de la tarde del
primer miércoles de Diciembre. Caminaba con los pies destrozados por los
tacones y incomoda por la falda de tubo que llevaba. El moño que me había hecho
se estaba deshaciendo y los pelos iban cada uno por un lado. Iba a subir las
escaleras cuando alguien me cogió del brazo.
-¡Por fin! – Era Louis, el
novio de Cris.
-Hola Louis. – Le dije.
-Quería subir a ver a Cris
pero parece que no está. Te estaba esperando. – Me dijo.
-Oh, bueno, pues… creo que
ella llega a las 6 de trabajar. Aún te queda un ratito…
-Es cierto. Olvidé eso. –
Me dijo.
-Sube, aquí te vas a
helar. – Le dije. Él debería de estar pensando cualquier cosa mala de mi. Iba
con un aspecto un tanto desaliñado.
Subimos por el ascensor
mientras manteníamos una conversación sobre gustos. Sobre ideales etc. A cada
gesto tenía mas seguro que era el doble de Harry, pues realmente era su clon.
Todo, absolutamente todo lo que hacía me recordaba a él. Era como tener a
Styles en frente de mí, solo que un poco más bajo y con el pelo corto. El gesto
que hacía para retirarse el flequillo de la cara era lo que me dejaba del todo
hipnotizada, y de nuevo, el amigo que parecía haber muerto en mi estómago,
aparecía.
-¿Salimos? – Dijo Louis
mientras se daba cuenta de que yo estaba empanada mirando sus ojos.
-Claro, claro. Lo siento
es que el cansancio… - Intenté
justificarme.
-Nada, no te preocupes
mujer.
Entramos a casa y él
seguía hablando. Preguntándome cosas sobre mí . Mi mirada le miraba como imaginándome
que era Harry, ese Harry que me enamoraba en cada pestañeo.
-Y… ¿cómo os conocisteis
tu y Harry? – Me preguntó mientras yo le ofrecía asiento.
-Bueno, es una larga
historia… Nos conocimos aquí, en Londres…
-Oh, fantástico. Londres
es una bonita ciudad para enamorarse. Me atrevería a decir que más que París.
Manteníamos conversación
tras conversación. Ese chico tenía todo igual que Harry, y en esos momentos,
estaba aislada del mundo. Solo le prestaba atención a él y a todo lo que me
contaba. A sus ojos y a sus gestos que eran tan semejantes a los de Styles.
-¡Ya estoy aquí! – Alguien
entró por esa puerta interrumpiendo esa conversación tan maravillosa que
manteníamos Lou y yo. –Oh, valla. Estás aquí tú también. – Era Cris. Se refería
a Louis.
-Sí. – Dijo él con una
sonrisa.
-Bueno, yo me voy a mi
cuarto. – De nuevo la misma sensación de celos e impotencia se apoderaba de mí.
Y el colmo fue el chasquido de sus labios juntándose. Era como si alguien
estuviese besando a Harry, como si alguien estuviese besando lo mío. Pero debía de darme cuenta de dos cosas: Que Lou no era Harry, y si lo fuese, Harry no me pertenecía.
Me fui a mi cuarto y mi
móvil empezó a vibrar. Era Perrie.
-Hola cari, ¿te viene bien
quedar hoy para cenar? Quería contarte algo… - Perrie parecía preocupada. Simplemente por el tono de su voz se lo noté.
-Claro, sin problemas.
-Bien, pues me paso a
recogerte a las 8. – Después de decirme eso, colgó.
Abrí el armario poniéndome
de nuevo los auriculares para no escuchar la voz de aquel chico que estaba en
el salón con la voz tan similar a la de mi chico perfecto. Me saqué un modelito
nuevo, pues el que tenía era el del trabajo y no acompañaba con la situación.
Cogí unos pantalones estrechos con un jersey de lana y un pañuelo a conjunto
con el gorrito que me compré pocos días atrás.
Después me maquillé. No
demasiado. No me gustaba ir tan pintada. Ya era hora de abrir la puerta de mi
cuarto y irme hacia la calle, pero antes, debería atravesar el salón y ver la
escena de Louis y Cris acaramelados. Cogí aire y abrí la puerta. Miraba al suelo.
-Me voy a dar una vuelta
con una amiga. – No retiraba la mirada de la moqueta que tenía el suelo del
salón. – Vendré tarde así que podéis cenar solos.
-¿Estás bien? – Me
preguntó Cris.
-Sí, claro. –Levanté
inmediatamente la mirada del suelo. –Hasta luego.
-Hasta luego. – Me dijeron
los dos a la vez. La voz de Louis destacó entre las dos, había sonado tan Harry…
Bajé las escaleras ya que
sola pocas veces me montaba en el ascensor. Llegué a las escaleras del portal
donde hacía un frío helador. Miré al cielo mientras esperaba a Perrie, y detrás
de esas copas de los árboles que adornaban la calle con adornos navideños, veía
que el cielo estaba nublado. Apreté fuerte mis puños y pensé en él. Pensé en
Harry como el me dijo en esa carta de despedida que lo hiciese. Pensé que
estaríamos mirando siempre el mismo cielo. El claxon de un coche hizo que mi
vista bajase y aterrizase en la tierra. Era Perrie con su coche. Corrí a
meterme dentro del vehículo.
-Siento la tardanza. – Me dijo
ella. – Había muchos coches.
-No te preocupes. – La calmé.
Nos fuimos al restaurante
italiano donde comí aquel día con Liam. Nos sentamos en una mesa diferente a la
que me senté con él, y en un sitio del restaurante totalmente diferente al de
ese sitio. Los camareros nos tomaron
nota y Perrie y yo comenzamos una conversación.
-Este fin de semana me voy
a San Francisco. – Le informé.
-¿A qué? – La cara de
Perrie era totalmente sorpresa.
-En busca de Harry. Sé que
está ahí. Lo he averiguado.
-¿Cómo lo sabes? – Me
preguntó extrañada.
-Encontré un diario donde
ponía que si alguna vez viajaba sería ahí. Y Cris me dijo que cuando Harry la
llamó lo hizo desde un número de teléfono estadounidense. Sé que está ahí. Lo
sé.
-¿E irás a buscarle? Él dijo
que bajo ningún concepto lo hiciésemos…
-Iré a buscarle, y como le
encuentre pienso acabar con esta vida. Pienso hablar con Liam y empezar una
vida con Harry. No pienso casarme ni pienso hacer nada que me aleje de estar cerca
de Harry como le encuentre.
-¡Eso es perfecto! – Dijo Perrie.
–Si es lo que quieres hacer, yo te animo.
-¿Y tú que me tenías que
contar? – Su cara se transformó totalmente. Su sonrisa que estaba dibujada en
su rostro se cambió por completo.
-____... Creo… creo que
estoy embarazada.
PD. Si quieres el siguiente, ME GUSTA.
Ya ahora resulta que Perrie está embarazada...
ResponderEliminarSiguela me encanta!!!!!
Ooooooiiiinnsss mi Perrs esta embarazada!! Seguro de Zaynchu, es obvio.
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