-¿Hospital?
¿Cómo que hospital? – Mi boca casi no podía vocalizar. Me temblaba todo el
cuerpo. No podía creérmelo.
-Esa
chica es una puta ¡Dios mío! Necesito ir a San Francisco… ¡Por favor! Llévame
al aeropuerto! Yo no puedo ni conducir…
-Perrie…
no entiendo nada. Por favor, explícamelo…
-Vamos.
No tenemos tiempo para explicaciones…
-Está
bien. Cojo las llaves del coche y te llevo al aeropuerto.
Entré
limpiándome las lágrimas y cogí mi abrigo, mi bolso, y las llaves del coche.
-Liam,
tengo que llevar a Perrie al aeropuerto. Luego te explico todo, no tengo
tiempo.
No
di tiempo a Liam de contestarme. Cerré la puerta y fui hacia Perrie. La agarré
del brazo y bajamos corriendo por las escaleras. Abajo estaba Charlie al lado
de unas maletas. Las maletas de Perrie. Las cogimos y montamos en el coche.
Arranqué y Perrie continuaba llorando.
-Perrie…
me siento culpable por todo esto…
-
¿Por qué? – Me dijo mientras sus lágrimas no cesaban.
-Esta
mañana Harry llamó a tu móvil. Se lo cogí pero… se me olvidó decírtelo. Al ver
que era su voz colgué… no escuché lo que tenía que decir pero parecía
preocupado… Puede que todo esto haya sido por mi culpa…
-Tranquila,
no te preocupes, ______. No ha sido por tu culpa. Esto ya venía de antes…
-Pero,
¿qué ha pasado?
-Jane…
Esa puta tiene toda la culpa. ¡Dios mío! Harry está en el hospital por su puta
culpa. Me acaba de llamar mi abuela. Estaba a punto de un ataque de ansiedad.
Me ha contado que Jane le dijo que iban discutiendo en el coche. Harry le había
dicho que vendría de nuevo a vivir a Londres porque no podía soportar estar más
con ella… Y ella… - Perrie respiró. – Ella dijo que no iba a permitir que se
viniese contigo. No iba a permitir que otra vez se separasen. Algún coche debió de cruzarse por su camino, y no lo vio, y chocaron... – Paré el
coche en seco.
-¿Cómo?
No entiendo…
-Y
ahora Harry está en el hospital… ¡Grave! Te juro que como a Harry le pase algo la mato.
La mato.
-Perrie…
tranquilízate.
-Y
encima, ella está tan bien. Un par de rasguños en la frente. La arrancaré los
pelos. Lo juro.
-¡Perrie!
– Alcé la voz. – Harry saldrá de esta,
¿vale? No puede pasarle nada… Aún… aún no me he despedido de él… aún no le
hemos dicho que le queríamos. Perrie, Harry se pondrá bien… No puede ser. Como
le pase algo me muero… ¿Sabes? Aún no he cumplido todos mis sueños, aún tiene
que acompañarme a cumplirlos… no puede pasarle nada… Por favor...
Perrie
me abrazó. Llorábamos las dos desconsoladamente. No podía y no pensaba creer
que a Harry
podría llegar a pasarle algo. No sin antes haberle dicho todo lo
que le quería… no sin antes besarle por última vez…
-Perrie…
quiero viajar contigo.
-¿Estás
loca? No puedes. Tienes que volver con Liam.
-No.
Quiero viajar contigo.
-Por
favor. Quédate aquí. Busca a Zayn y explícale todo. No pude decirle nada y no
creo que Harry quiera que esté ahí...
-Pero…
prométeme que le dirás que le quiero. Y prométeme que le dirás que estoy con él
aunque no esté a su lado. Por favor.
-Te
lo prometo, _____. Te llamaré cuando
sepa algo.
No.
No podía ser. ¿Harry? Necesitaba salir de esta. Necesitaba salir. Y yo
necesitaba irle a abrazar. Todos los recuerdos se me vinieron a la mente. Todos
los abrazos, sonrisas, besos… Le necesitaba. Necesitaba que él saliese de esa.
¡Esa puta! Esa era la culpable de que Harry estuviese ahí.
Perrie
bajó del coche y la di un fuerte abrazo. Iba llorando. Iba sola… ni siquiera
quería que Zayn fuese con ella porque sabría que estaría hundida. En cuanto
bajó del coche, di un golpe al volante. Mis manos tiraban de mi pelo y la
impotencia era lo que se apoderaba de mi cuerpo. Solo podía imaginarme la
sonrisa de Harry, esa sonrisa que no me perdonaría no volver a ver. ¿Por qué?
¿Por qué él? ¿Por qué ahora? Era imposible que pudiese llegar a desaparecer de
mi vida. No podía perderle… No sin darle el último beso… solo el último…
Mis lágrimas se apoderaban de mi. ¿Por qué? ¿Por qué no
aguanté unas horas más allí? ¿Por qué no en vez de huir no luché por estar con
él? ¿Por qué le dejé escapar? No me perdonaría nunca si esa sonrisa que él
tenía se apagase el no haberle dicho todas las veces que sentí esos te quiero. Ahora
tendría que estar camino a San Francisco pero no podía. No podía abandonar a
Liam. Necesitaba esa llamada de Perrie que me dijese que él estaba bien. Lo
necesitaba.
El
móvil sonaba. Era Zayn. Lo descolgué.
-_____,¿Sabes
qué ha pasado? Perrie no me ha dicho nada y me dijo que necesitaba irse unos
días… que tú me lo contarías.
-Zayn…
por favor. Vete a mi portal. Necesito contarte todo.
Arranqué
el coche y fui camino a mi portal. Necesitaba pellizcarme para darme cuenta de
que esto era la realidad, pero desgraciadamente, lo era. Era la puta realidad.
Ahí estaba él. Sentado en las escaleras de mi portal esperando a que le diese
alguna respuesta o algún argumento de el por qué Perrie había desaparecido así.
Bajé llorando del coche y él se acercó a mi. Me miró y vio que estaba llorando.
Rápidamente me abrazó.
-¿Qué
pasa? – Añadió.
-Harry…
- Dije entre lágrimas.
-¿Qué
le pasa?
-Ha
tenido un accidente de coche y está en el hospital…Grave...-Le expliqué. – Zayn, ¿y si
le pasa algo? ¿y si no puedo decirle una vez más que le quiero? Necesito
hacerlo, joder. No puedo imaginarme una vida en la que él no esté…
-Eh,
tranquila. – Zayn volvió a abrazarme y está vez más fuerte. –Harry se
recuperará y todo se solucionará… Ese chico es fuerte, su cuerpo aguantará todo
lo necesario y más…
-¿Y
si no?
-No
seas negativa. Piensa que sí que lo hará. Dentro de unos meses nos estaremos
riendo de esto… ¿vale? Por favor.
Le
sonreí. Zayn consiguió tranquilizarme y prometo que en ese momento me hacía
mucha falta. Cogí aire.
-Y
ahora, sube a tu casa. Mejor mañana me explicas todo más detenidamente… Ya
hablaré con Perrie… - Me dijo.
Le
hice caso. Subí esas escaleras y entré en el apartamento. Liam estaba dando
vueltas de un lado para otro.
-Al
fin estás aquí. – Dijo con cara de preocupación. -¿Qué te pasa? – Se acercó a
mí y me levantó la barbilla. - ¿Por qué lloras?
-Liam…
el hermano de Perrie está en el hospital… En San Francisco…
-Oh…
vaya… Que se mejore…
-Sí,
eso espero.
-¿Y
por qué estás tan afectada? Si a penas le conocías…
Liam
no sabía nada, obviamente, de todo lo que yo había sentido y sentía por Harry,
aun que lo quisiese ocultar.
-Me
da pena… es mi mejor amiga y la he visto muy mal. – Oculté.
-Bueno,
no te preocupes. – Me abrazó. – Vamos a la cama. Tienes el té en el microondas.
Te lo dejé ahí.
-Ve
tu, yo me quedaré aquí un rato… me he despejado.
-Bien.
Buenas noches cariño. – Me besó y se fue. Y me hizo un favor, necesitaba estar
sola.
Cris
esa noche no había llegado. Seguramente se quedaría con Louis a dormir. Me
senté en el sofá con la taza de té en las manos. Apoyaba mi cabeza en el
respaldo y mis lágrimas seguían resbalando por toda mis facciones. Se me pasaban
por la cabeza tantos momentos.
El
momento en el que le conocí.
-¿Quién eres tú? –
Dije al borde de un estado de pánico. No hacía nada más que mirar su perfecto
torso.
-¿Y tú? – Preguntó él
soltando una sonrisa. Esa sonrisa era jodidamente preciosa. ¿De dónde había
salido ese chico?
-Pregunté yo primero.
–Dije totalmente seria, aún el asombro seguramente seguiría reflejado en mis
ojos.
-Soy Harry. – Dijo el
ensanchándome la mano.
-¿Y qué haces aquí?
¿En mi apartamento? – Dije mirándole la mano. Yo no se la ensanché.
El
momento en el que empecé a sentir cosas la primera vez…
Me senté en la cama y
miraba fijamente al suelo. No me podía quitar de la mente la imagen que acababa
de vivir. Sentía debilidad, impotencia, rabia. Y allí, con mis ojos fijados en
el suelo de mi habitación me hice la famosa pregunta: ¿Qué sentía realmente por
Harry?
Y
el primer beso…
Me acerqué a él y le
miré los ojos. El pasillo de las habitaciones estaba a oscuras, igual que toda
la casa. Me acercaba cada vez más a él, y cada centímetro me costaba más
controlar el latido de mi corazón para que éste no saliese de mi pecho. Me
abracé a su torso delgado pero fuerte y él me rodeó con sus brazos. Me retiró y
me dio un beso en la frente. Le volví a mirar y le agarré de la cara. Y aún
mirándole fijamente a los ojos acerqué sus labios a los míos hasta que
chocaron, hasta que se juntaron. Su boca y la mía estaban juntas, besándose,
sintiéndose como jamás habían estado de cerca. Su aliento era mi aliento.
Nuestras bocas bailaban juntas y nuestros cuerpos estaban pegados como si ni
siquiera una fuerza extraordinaria fuese capaz de despegarlos.
Todos esos recuerdos que habían sido un sentimiento
tantísimo tiempo. El sentimiento más fuerte que jamás había sentido… Ahora me
daba cuenta de todo lo que había querido a Harry…
-¿_____? - La voz de Liam me hizo incorporarme. -¿Qué te pasa? Estás sudando...
-¿Qué ha pasado? - Pregunté desorientada.
-Eso mismo te pregunto yo a ti...
-¿Ya ha llamado Perrie? - Pregunté nerviosa mientras iba en busca de el móvil por toda la habitación.
-No, no ha llamado nadie, _____. Son las tres de la mañana.
-Pero... pero. ¿Y Harry? ¿Cómo está?
-Cariño, estas sudando. - Liam se levantó y intentó tranquilizarme. Me impulsó hacia el colchón y se sentó a mi lado. -Vamos. Respira hondo.
-Liam... dime, ¿cuándo nos hemos dormido?
-Estuvimos hablando de las infidelidades y... bueno, luego te quedaste dormida en el sofá. Te traje a la cama.
-¿Y nadie llamó a la puerta?
-Cris...
-O sea... ¡Oh Dios mío!
-¿Qué pasa?
-Nada, nada... Vuelve a dormir, yo voy al baño.
Abrí la puerta de la habitación y fui al baño. Me miré en el espejo y comprobé que mi cara era completamente de dormida. Me lavé la cara con un poco de agua para quitarme aquel sudor que corría por mi cara. Era completamente mentira. Simplemente una pesadilla. Una pesadilla que me había echo pasar las horas mas angustiosas de toda mi vida. No me podía imaginar una vida sin Harry... No sabía como agradecer a quien fuese que solo hubiera sido eso, una simple pesadilla.
PD. Posiblemente hoy también suba el capítulo 31. Dale a me gusta si lo quieres hoy :)
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