PD. Escuchar mientras se lee.
[-¡Harry! –
Grité. La gente acababa de terminar de aplaudir y mi voz rebotó entre toda esa
sala.
Sus ojos se
entrecerraron buscando la voz que había dicho ese nombre, pero el foco se lo
impedía.
-¡Estoy
aquí! – Grité de nuevo.
Su mirada me
detectó y sus ojos se quedaron impresionados. Su cara era totalmente un cuadro
y parecía que necesitaba un simple golpecito en la espalda para volver al mundo
real. Yo permanecía al pie del escenario bajo la mirada de esas cientos de
personas que seguramente asistían invitadas a ver a Harry. Mi boca hacía una
débil sonrisa mientras mis ojos solo sabían llorar. Mi corazón decía que le
tenía ahí cerca y que de nuevo sentía esas ganas locas de besarle. Sus ojos
empezaban a inundarse. Hacía muecas con la cara intentando articular palabra.]
CAPÍTULO 26.
-¿Tú? –
Consiguió decir. Mi sonrisa se alargó.
-Yo… - Le
dije al borde de un estado de nervios.
Los dos
intercambiándonos miradas que se comunicaban entre sí a la perfección mientras
respetábamos el silencio. Él decidió darse media vuelta y dirigirse a uno de
los hombres que estaban a los lados del escenario. Mi mirada iba detrás de él
en cada gesto que hacía. La gente cuchicheaba de nuevo y Harry desapareció del
escenario. Mi sonrisa desapareció por completo. Necesitaba ir a hablar con él.
Subí por las escaleras que estaban en la parte izquierda del escenario y miré
al hombre con el que había estado hablando Harry. Intenté pasar.
-¿Dónde va?
– Me preguntó.
-Necesito
hablar con Harry, déjeme pasar. – Dije mientras los brazos de aquel hombre que
parecía segurata, me agarraban fuertemente.
-Ni hablar.
–Dijo.
-Déjala. –
La voz angelical retumbaba de nuevo en mi cabeza.
Casi con los
pies en el aire gracias a la fuerza que ponía en mí aquel segurata, levanté la
mirada y le vi mientras mis pies de nuevo tocaban el suelo. De nuevo vi como
esos ojos verdes se penetraban en los míos. Como sus rizos estaban a penas a
centímetros de mi. De nuevo estaba él ahí.
Me acerqué a
Harry y pretendía empezar una conversación. Él comenzó a andar por un pasillo.
-¿Dónde vas?
– Le pregunté. Él me ignoró y continuó andando. Comencé a seguirle. - ¿Harry? –
Él paró en una puerta y la abrió.
-Pasa. – Me
dijo.
Pasamos a
una especie de sala de descanso donde había una especie de sillones y una
televisión en medio
de unos cuadros. Esa sala era pequeña, pero no le di importancia
a eso. Nos sentamos cada uno en un sillón. El uno en frente del otro. No
apartábamos ninguno de los dos nuestra mirada.
-¿Qué haces
aquí? – Me dijo tras unos segundos de silencio.
-¿Qué crees?
– Respondí.
-¿Cómo me
has encontrado?
-Quizá haya
sido destino.
-_____,
¿viniste desde Londres solo a buscarme? – Preguntó mientras sus ojos de nuevo
empezaban a inundarse. Yo asentí con la cabeza. -¿Estás loca? – Nos quedamos en
silencio. -¿Y por cuánto te quedas?
-Regreso el
domingo. – Dije. Él mantenía el silencio entre lágrimas y sonrisas. Sonrisas de
típica persona enamorada.
-Esta es la
mayor locura que han hecho por mí jamás… Aún no entiendo cómo sin tener ningún
tipo de información sobre mí conseguiste encontrarme…
-Leí en tu
diario que debiste de dejar por error en Londres, que en la ciudad que te
encantaría estar sería en San Francisco. Después me acordé del vídeo. Hacía
mucho sol, cosa que en Londres no es habitual. Fue intuición. Vine aquí en
busca tuya… simplemente porque necesitaba encontrarte, Harry. Y si te he
encontrado en esta ciudad, es porque quizá el destino no quiere que nos
separemos.
-Me vine
aquí porque sabía que tu vida sería mejor con él. Con Liam. No entiendo porque
viniste ahora…
-Harry. Dime
que me quieres y te juro que cancelo todos mis planes de boda. Me da igual que
te prometiese que no lo haría, lo haré. Si he atravesado un océano entero para
verte, plantéate que quizá con el que quiero estar no es con Liam, sino
contigo. Y que mi felicidad está contigo, no con él.
Harry se
quedó en silencio. Me miraba. Me transmitía desesperación. Yo le mantenía la
mirada intentando que me dijese esas dos palabras que cambiarían mi vida, pero
de nuevo, bajó la mirada. La puerta se abrió y interrumpió ese momento. Una
chica aparecía por la puerta. Una chica con el pelo medianamente pelirrojo,
ojos verdes, tipo perfecto. Alta y con una sonrisa perfecta.
-¿Qué hacéis
aquí? – Preguntó asombrada. Ninguno de los dos contestamos a la pregunta que
esa chica había lanzado, Harry ni siquiera había levantado la mirada del suelo.
-¿Me habéis oído? ¿Harry?
-Sí, te he
oído. – Le dijo Harry aún mirando al suelo.
-¿Qué te
ocurre? – Esa chica entró en la habitación y fue al lado de Harry. Se agachó y
se apoyó en sus rodillas. Le miraba mientras él no le dirigió ni una simple
mirada a aquella chica. ¿Quién era?
-Nada. –
Decidió a contestar Harry.
-¿Enserio?
No quiero por nada del mundo que te pase algo. Ya lo sabes, cariño. – Le dijo
la chica. Me costó algo captar aquella frase que había salido por su boca.
¿¡CARIÑO!?
-¿Cómo que
cariño? – Pensé en alto, pero en realidad, era lo que necesitaba saber. Mi cara
permanecía en una mueca de desconcierto constante.
-¿Quién eres
tú? – La chica giró la cara y me contestó.
-Jane,
déjanos, por favor. Necesito hablar con ella. – Harry le dijo a esa chica, de
nombre Jane que abandonara la sala.
Se levantó. Me miraba malamente mientras abandonaba la sala. Abrió la puerta y
tras echarnos una última mirada a los dos, la cerró. Harry levantó la mirada y
cogió aire. Me miró de nuevo mientras sus lágrimas no cesaban.
-Lo siento. –
Me dijo.
-¿Qué pasa? –
Me imaginaba lo peor.
-Jane… es la
chica de la que te hablé. Mi antigua compañera de piso. Esa que desapareció por
completo de mi vida sin apenas dar razones. Esa chica es la que acaba de salir
de esta sala. Esa chica me dejó porque estaba con un chico, un tal Joe.
-No entiendo
nada… - le interrumpí.
-Jane era mi
mejor amiga aquí. Siempre que venía a California a visitar a mi abuela ella
estaba conmigo. Nos lo pasamos genial y para mí esa chica fue increíblemente
importante. Un día decidí independizarme y hacerlo allí en Londres. Ella me
dijo que si la importaba que me hiciese compañía y yo por supuesto cedí. Me
enamoré de ella como un tonto. Hasta que un día desapareció de mi vida. Se
volvió a mudar aquí a California, pero se mudó a San Francisco, justo donde mi
abuela se mudó hace dos años. Cuando decidí irme lejos de ti y lejos de
Londres, elegí venirme con mi abuela sin saber que volvería a encontrarme a Jane, y que ella…
lo acabaría de dejar con su novio Joe.
-¿Me insinúas
que estás rehaciendo tu vida con… esa? – Alcancé a decir mientras mis lágrimas resbalaban
por mi cara.
-Lo estoy
intentando, ____. Necesito olvidarte como sea. Pero cuando te he visto aparecer
por ese pasillo mientras que yo cantaba la canción que he estado escribiendo
todo el tiempo para ti me ha hecho necesitarte.
-Harry… no
me lo puedo creer…
-Ni yo. Pero
aún ahora… sigo pensando que nuestras vidas están mejor por separado…
Nuestros
ojos goteaban. Los dos llorábamos desconsoladamente, pues estoy segura que
tanto para él como para mí todo esto era muy complicado.
-¿Se puede? –
De nuevo la puerta se abrió. Era la abuela de Harry. –Oh… creo que interrumpo…
-No, no se
preocupe. – La dije secándome las lágrimas con los dedos. –Yo ya me iba.
Me levanté y
me coloqué el vestido. La mirada de esa señora me miraba comprendiendo lo que
acababa de pasar. Después me echó una débil sonrisa y dirigió su mirada hacia
Harry de nuevo.
-Por cierto,
me dijo Perrie que te dijera que te quería. – Le dije antes de abrir la puerta.
Harry me miró agarrando la mano de su abuela que se acababa de sentar a su
lado.
No mucho
pudo durar esa mirada ya que unas voces molestas interrumpieron en ese pasillo.
Harry se levantó inmediatamente y abrió la puerta. Salió corriendo y yo le
comencé a seguir. Llegamos a la sala donde estaban las máquinas de café y
comida. Seguramente fuese donde los actores se pararían a reponer fuerzas.
Mi mirada
avistó a la misma chica que había entrado antes en esa sala donde estábamos
Harry y yo. La revisé de arriba abajo y quise buscar la segunda persona con la
que supuestamente discutía. Me desplacé algo hacia la izquierda y observé el
cuerpo de un chico.
-¡Joe! –
Exclamé. Sí, era Joe. Estaba discutiendo con Jane, la supuesta novia de Harry.-¿Qué está
pasando? No entiendo absolutamente nada…
¿O quizá sí? Recordé esas páginas del diario de Harry donde decía: Desde que Jane se fue, todo en mi vida a cambiado. Tanto que he decidido no tragarme nada mas y desahogarme, desahogarme así, escribiendo. Siempre se me ha dado bien y sé que esto jamás lo leerá nadie, y si alguien que no sea yo lo está leyendo, es porque es muy especial para mí. Ella se fue sin decirme el por qué, quizás fue porque Joe supo darle lo que yo no quise.’ ¡Claro! Esos eran el tal Joe y la tal Jane que hablaban en el diario de Harry. ¿Cómo demonios me iba a imaginar que ese chico que me estaba ayudando completamente a encontrar a Harry iba a ser el ex de Jane?
-____... – Dijo Joe.
-¿Es ella de la chica qué me hablabas el otro
día? – Le pregunté.
-Así que tú eres el tal Joe. - Dijo Harry.
-¡Ven aquí capullo!
Harry le agarró de la camisa y le empezó a
dar puñetazos en la cara mientras que el cuerpo de Joe parecía ser una
marioneta domada por los brazos descontrolados de Harry. Miré a Jane pensando
que ella haría algo intentando impedir esa pelea, pero parecía estar en estado
de shock. Decidí subirme a la espalda de Harry para intentar frenarle.
-Harry ¡PARA! – Grité. Él me hizo caso omiso
y continuaba con la lluvia de puñetazos que estaba repartiendo a la cara de
Joe.- ¡Para joder! – Dije llorando desconsoladamente. -¿Te has vuelto loco? –
Me quité de su espalda y él me miró mientras se pasaba el brazo por la nariz limpiándose
la sangre que le debía de haber salpicado.
-¿De qué conoces tú a Joe? – Me preguntó.
-Es de las pocas personas que me han ayudado
estos dos últimos días. He malgastado mi tiempo viniendo hasta aquí, pensando
que iba a tener alguna esperanza en poder volver a recuperarte. Pensaba que
esto tenía algún sentido, pero ya veo que me equivoqué. – Mientras yo decía eso
Joe se incorporaba y se intentaba poner de pie.
Me dirigí hacia él y le cogí su brazo para
rodearlo por mi cuello. Debería de estar mareado y necesitaba llevarle a algún
lado para curarle las heridas que tenía en la nariz. Le estaba sangrando mucho.
-Me largo de aquí. Tenías razón. Toda esto
simplemente fue una mierda de ilusión que me creé yo solita. Tranquilo, no
volverás a saber nada de mí. – Le dije. Harry me miraba perdido mientras Jane
continuaba extrañada con todo lo que estaba ocurriendo.
Joe y yo comenzamos a andar y salimos por la
puerta por la cual entré minutos antes. La gente continuaba en la sala donde se supone que
debería de estar Harry, la actuación que iba detrás de la de él acababa de
empezar. Su concierto había sido suspendido. Entre las risas que se escuchaban de esas personas
salíamos al exterior. Avisté un escalón que estaba al lado de una fuente. Allí
fuimos. Joe se sentó mientras yo sacaba un pañuelo de mi bolsito y lo humedecía
con el agua de la fuente.
-¿Qué va a pasar ahora,_____? – Me preguntó
Joe mientras se quejaba por el leve contacto que hacía el pañuelo húmedo en su
nariz.
-Regresaré mañana mismo a Londres.
-¿Tan pronto?
-Lo siento Joe… Contra antes vuelva a mi anterior vida y antes
olvide a Harry, mejor. Volveré y retomaré mi vida. Como si jamás le hubiera
conocido…
Esa conversación que mantenía mientras que curaba a Joe era algo delicada. Aclaramos el tema de Jane mientras él me acercaba al hotel después de haberle parado de sangrar su herida de los golpe que le había repartido Harry, y él me confirmó que estuvo con ella…
Llegamos sobre la una de la mañana.
Bajamos del coche y me quedé mirando a Joe. Le abracé porque él había sido de
gran ayuda en esos dos últimos días de mi vida. Si por el no hubiera sido jamás
hubiera encontrado a Harry y jamás hubiera sabido que yo conocía a Joe de antes
gracias al diario de Harry. Le agradecí completamente todo y me despedí de él.
Quizá no le volvería a ver nunca más.
Atravesé el vestíbulo y subí a mi habitación. Guardé las cosas en mi
maleta. Mañana por la mañana saldría al aeropuerto y cogería el primer vuelo
con destino a Londres que hubiese. Ahora más que nunca tenía algo claro:
Debería retomar mi antigua vida con Liam. Y empezaría regresando a España
por navidades y organizando los
preparativos para mi futura boda.
PD. ¿Me gusta por el siguiente?
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