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Capítulo 41.


-¡Regresa cuándo quieras! – Era la frase que me decía Perrie mientras el abrazo de despedía nos invadía de tristeza. - Me encantaría estar el día de tu boda, pero ya sabes que me es imposible…
-No te preocupes, ya te contaré todo. ¡Te echaré de menos! – La dije.

De nuevo nos abrazamos y esta vez fue más fuerte. Acaricié la grande barriga que ya se le notaba a Perrie y después fui a Zayn. Le di un fuerte abrazo a él también. Sacudí la mano y me dirigí al coche con el que  nos acercaban Lou y Cris al aeropuerto, ya que el coche de Liam se lo había dado a Louis para que consiguiese venderle y con el dinero poderse comprar otro en España.

Atravesábamos la carretera y pensaba en algo: Harry. Él era el pensamiento constante que permanecía en mi mente. Era algo que retumbaba de una pared a otra, pero se calmaba cuando decía y pensaba que era lo mejor. Miraba a Liam que aún parecía estar confuso, y era entendible.

-¿Estás bien? – Le susurré.
-Claro. Entiende que estoy un poco descolocado aún pero se me pasará en unos días.
-Gracias… - Le agradecí. – Gracias por perdonarme y darme una oportunidad.
-Todo el mundo se merece segundas oportunidades, ¿no? – Me sonrió y me abrazó.

Después de un camino en aquel coche, nos bajábamos y cogíamos todo nuestro equipaje. Nos despedíamos de Cris y Lou los cuales se quedaron con el apartamento de Harry.

-¡Te echaré de menos! – Me dijo Cris mientras sus lágrimas alborotaban todo su maquillaje.
-¡Y yo! – Dije intentando contener las lágrimas. Después, fui hacia Lou y le di un fuerte abrazo también a él, había sido un gran apoyo en esos meses para mí. – Nos vemos el día de la boda.

Con una maleta en cada mano, nos dirigíamos al aeropuerto. De nuevo volvería a España y de nuevo volvería a mi vida anterior. Mis amigas de la universidad, mis padres, mi familia… Ahora todo esto me resultaría tan extraño. Mi vida cambió completamente en estos ocho meses y fue gracias a él, fue gracias a Harry.

-Volvemos a nuestra anterior vida… - Me dijo Liam cuando ya estábamos sentados en los asientos del avión.
-Sí…
-Lo siento. – Me dijo de repente Liam.
-¿Por qué?
-Por no haber estado a la altura. Si hubiera sido diferente contigo no te hubiera hecho falta enamorarte de otro tío.
-Liam, eso no fue culpa tuya. Fue todo un error. Olvidémoslo, ¿vale?

Él miraba por la ventana mientras yo escuchaba música a través de los auriculares. Una hora y cuarenta y cinco de viaje aún me esperaban por delante. Una hora y cuarenta y cinco minutos que se me pasó volando.
La misma voz que anunciaba en todos los viajes que habíamos llegado al destino sonaba por esos altavoces. 

Liam y yo nos levantamos y él encajó su mano con la mía para no perdernos. Después de una hora esperando el equipaje, al fin lo encontramos y podíamos volver a casa.

Mis padres no sabían que regresaba a casa, y menos ese día. Sería una total sorpresa para ellos. Me coloqué en frente de la puerta del chalet donde había vivido todos esos años de mi vida. Mi infancia, mi adolescencia y mis años de locura. Ahí fue donde pasé los mejores momentos de mi vida.

Detrás de mí se encontraba Liam con el equipaje, yo estaba colocada delante del timbre para pulsarlo. Cogí aire. Hacía casi medio año que no los veía. Al fin lo pulsé. Tras algún que otro minuto de espera, una señora a la que llamaba mamá apareció por aquellas escaleras. Su cara fue un poema.

-¡Hija! – Exclamó mientras baja aquellas escaleras del porche. Yo sonreía emocionada mientras esperaba que llegase a abrirme la puerta.

Ahí estaba. La mujer que me había dado la vida. Un fuerte abrazo me unió a ella y me envolvió en un enorme sentimiento. Detrás, el hombre que me dio las mejores sonrisas. Mi padre. Igual, me acerqué a él y le di un enorme abrazo.

-¿Qué haces aquí? – Me preguntó mi madre intentando encajar aquella situación.
-Regresamos a España, mamá. –La informé.
-¿¡CÓMO!? ¿Ya no te vas Londres? – Dijo sorprendida.
-No, ya me quedo aquí.
-¡Oh Dios mío! Qué alegría me da volver a verte, hija mía. – Exclamó mi madre. –Por favor entrad, entrad. Os podéis quedar el tiempo que queráis aquí.

Mi madre entendía que yo debería de irme a vivir con mi futuro marido, pero que tendríamos que buscar algún hogar antes. Nos subió a la que siempre había sido mi habitación y nos acomodamos. Liam se quedaría al menos esta noche a dormir conmigo. Mientras ella preparaba algo de merienda, yo y mi prometido, manteníamos una conversación.

-Tengo algo para ti. – Le dije.
-¿Ah sí? – Se sorprendió mientras abrazaba a mi peluche tumbado en la cama.
-Sí, toma.- Le sonreí. Le ensanché el sobre donde estaban los dos billetes de París. – Me los regaló una persona.
-¿Qué es? – Dijo con una sonrisa.
-Ábrelo.

Él me obedeció y sonrió completamente cuando vio lo que era.

-¿Quién te lo ha dado? Es fantástico. ¿Nuestra luna de miel? ¡Es el sitio perfecto!
-Sí, es fantástico. Lo pasaremos genial.

Ahora me tocaba enfrentar a una vida nueva de nuevo. Contarle todo a mis amigas y escuchar diversas opiniones que me darían la razón. Otras que me calificarían de falsa o de infiel. O simplemente las típicas de ‘Hiciste lo que creíste’ Ahora, sinceramente, la opinión de los demás era lo que menos me importaba. Lo que más me importaba en estos momentos es que me quedaban 25 días, 10 horas y 27 minutos para contraer matrimonio con un hombre llamado Liam Payne.

~
Días más tarde.

Las cuatro de la tarde. Paseaba por las calles de Barcelona. Estaba nerviosa. En menos de 48 horas estaría diciendo el sí quiero delante de aquel montón de familiares y amigos que a la mitad desconocería. Eva, Vir y Laura. Ellas eran mis amigas de la universidad que me acompañarían a mi despedida de soltera. Una fiesta en un bar donde tomaríamos un par de copas y volveríamos a casa. En cuanto a lo de Harry, les conté todo. 

Ellas me dijeron que yo fui muy tonta en engañar a Liam y él demasiado bueno por perdonarme algo así. Pero, Liam me quería y por eso me perdonó. Jamás consiguieron entender como pude hacer eso, yo siempre he sido muy leal y fiel.

-¡Vamos! Acelera el paso, tía. – Eva gritaba desde lo lejos. Para nada era comparada con las típicas chicas londinenses. A las chicas españolas se nos iba más la cabeza y cometíamos más locuras. Quizá por eso sea por lo que yo me encapriché con Harry: Me iban las locuras.
Apresuramos el paso y nos adentramos a esa especie de pub donde pasaríamos toda la noche. Mi supuesta penúltima noche de soltera.

-No entiendo cómo puedes casarte tan joven. – Me decía Vir alzando la voz para que la música no interrumpiese la conversación. 
-Es que quiero a Liam. – Le contesté.
-Ya veo. – Me dijo. -¡Vamos a bailar! – Me dijo.

Vir me cogió de la mano y me llevó a la pista. Montones de gente bailando al ritmo de esa música a la cual ya no estaba acostumbrada. Esto no era una fiesta de despedida de soltera, esto era una fiesta normal y corriente de las que teníamos antes de que yo me mudase a Londres.

Estaba algo pensativa esa noche, supongo que porque me estaba empezando a entrar los nervios de típica prometida.

Después de bailar y beber algo, miré el reloj: Las cuatro y veinte de la mañana. Las piernas ya no podían con mi cuerpo y quería regresar a casa. Avisé a mis amigas de que me iría a casa. Eva y Vir querían seguir bailando, así que las dejé en ese bar. Laura fue la que dijo de acompañarme, vivíamos al lado.

Salimos de aquel bar donde la música se escuchaba desde fuera. La gente caminaba por la playa debido a que ya hacía bastante buen tiempo.

-¡Cómo has cambiado desde que te fuiste a vivir a Londres! – Se quejó mi amiga Laura mientras caminábamos hacia casa.
-No es eso, solo que estoy cansada y quiero ir a casa. – Le dije.
-Solo pensarás en qué estará haciendo Liam en estos momentos, te recuerdo que él también tiene una despedida de soltero.
-Deja de comerme el coco, y date prisa. Estas calles tan solitarias me dan miedo. – La metí prisa.

Después de unos quince minutos andando, llegamos a casa. Nos despedimos con dos besos y abrí la puerta de la casa de mis padres, en la que vivía.

Subí las escaleras sin hacer ruido y me tumbé en la cama. Mañana tendría que terminar de hacerme a la idea de algo: En unas horas me casaba con Liam. En unas horas sería una mujer casada. Ya no podría dar marcha atrás. 

A la mañana siguiente, me desperté preocupada, llevaba todo la noche sin saber nada de Liam y no me había puesto un mensaje de que había llegado a su casa bien. ¿Qué habría pasado? 

PD. Faltan 3 ó 4 capítulos. ¿Preparad@s para la final? No será como os imagináis... :) ¡Me gusta si queréis saber ya el final! 


4 comentarios:

  1. Espera, espera, espera... Mas te vale que sea FINAL de temporada e.é y yo creo que Harry se plantará en la iglesia paa interrumpir la boda... No se... Bueno estoy esperando el fin, DE TEMPORADA!

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  2. Me encanta la camisa de la foto <3!!! Con liam o con harry ??? Que nervios !!!SIGUIENTEEEE

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