En frente de la puerta del apartamento donde había vivido
por ocho meses. En frente de la puerta que me daría camino a una opción o otra.
Las 12 de la mañana un penúltimo sábado de Abril. A punto de pulsar el botón
del timbre que me daría paso a aquel apartamento donde tendría que enfrentarme otra
vez al dolido Liam.
Esa noche había sido rara, igual que todo el día anterior. A
penas había pegado ojo y tenía unas ojeras horrorosas. Harry se estaba portando
muy bien conmigo, pero para mí no era tan fácil dejar a Liam después de todo, y que yo, le quería.
Estaba en frente de aquella puerta con todo muy claro. Sabía
que quería a Liam y que me iba a quedar con Liam. Aún no le había dicho nada de
mi decisión a Harry, pero tendría que contárselo cuanto antes. En el caso de
que Liam no quisiese seguir adelante con la boda, tampoco volvería con Harry.
Había pensado en qué era Harry y en qué me influenciaba. Y llegué a una conclusión; Harry solo había sido un capricho y un
simple caso prohibido que me llamaba la atención. No era enamoramiento sino
capricho. Me planteé que mi vida con Harry no iría más allá de un simple
tiempo, sin embargo con Liam sería mi vida soñada, la vida que durante ese año
y medio que habíamos estado juntos, nos imaginamos y formamos. ¿Iba a dejar
tirar por la borda todo eso? ¿Por un simple capricho con nombre Harry y
apellido Styles? No, no quería y no lo hice. Sólo había una manera de
asegurarme de que hacía bien en casarme con Liam, y era pensando en que de
verdad le quería y recordándome todo lo que había sentido antes. Estaba segura de que era lo mejor, y sabría
que los días retomarían aquello que sentía por él.
Cogí aire y pulsé el botón del timbre. Sujetaba mi bolso con
fuerza para calmar los nervios. Escuché pasos detrás de la puerta, presentía
que Liam se acercaba hacia la puerta. Escuché desechar la llave y abrir la
puerta. Allí estaba, con una camiseta de tirantes y unos pantalones del
chándal, sin zapatos.
-Buenos días. – Me dijo.
-Hola… - Le contesté.
-Pasa. – Me ofreció.
Pasé y fui directamente al sofá donde pretendía mantener una
conversación que aclarase toda la situación. Me sentía como una auténtica
desconocida, aún estando en la que había sido por mucho tiempo, y por aquel
entonces era, mi propia casa.
-¿Dónde has dormido? – Me preguntó Liam sentándose a mi
lado.
-Qué más da…
-Ya… bueno… - Dijo Liam mirando al suelo y encajando sus
manos. -¿Qué quieres hablar?
-Liam… Quiero saber si aún estás dispuesto a casarte
conmigo.
Liam me miraba confuso y aún no se atrevía a contestarme. Yo
le miraba extrañada y deseando que se decidiese a darme una respuesta.
-Aún ha pasado poco tiempo…
-Lo sé, pero necesito una respuesta, Liam. No quiero
presionarte, pero esta situación me puede.
-Deberías de haber pensado todo antes de hacerlo…
-No quiero perderte.
-No sé, _____. Yo te quiero, pero no estoy seguro de que tú
me quieras a mí…
-Te prometo que si nos casamos, vuelvo a España contigo.
Esa frase que había dicho me salió realmente del corazón,
pero no pensé en todo lo que podía venir tras ella. Me refería a dejar todo. Mi
vida en Londres, mis amigas como Cris y Perrie, mi trabajo y… también me
refería a dejar a Harry.
-Te prometo que no volveré a saber nada de él. Yo te quiero
a ti. Él tan solo es un capricho. En cuanto salga de esta casa iré a hablar con
él y le diré que no podemos volver a vernos… Te lo prometo.
-Yo te quiero. – Me dijo Liam sorprendido de lo que le
acababa de decir. – Pero tengo miedo de que te cases conmigo queriéndole a él.
-Si de verdad le quisiese a él no estaría aquí diciéndote
que me quiero casar contigo, es algo serio.
-¿Estás segura de que quieres compartir el resto de tu vida
conmigo? - Me dijo con una sonrisa medio
dibujada en su rostro.
-¿Lo estás tú?
-Por supuesto. – Me contestó.
-Pues ahí tienes la respuesta.
Liam se levantó del sofá y yo me levanté a su vez. Me puse
delante de él y tras unos segundos mirándonos y sonriendo, nos abrazamos y
besamos locamente.
Sabía que no me había comportado como todo el mundo debe de
comportarse cuando se supone que quieres a alguien, pero de verdad esta vez
sentía que casarme con Liam era lo correcto. Ahora quedaba la segunda parte:
Informarle a Harry.
Me despedí de Liam y entré en la casa con la copia de llaves
que me había prestado. Entré y él no estaba, debía de haberse ido a correr como
todos los fines de semana hacía, al menos cuando vivíamos juntos. Fui a
comprobar que todas mis cosas estaban guardadas en la mochila que la noche
anterior llevé hasta esa habitación y la cogí. Después me fui al salón y solté
la mochila en el sofá. Iba de un lado para otro y miraba nerviosa las paredes.
Preferiría que él estuviese ahí para poderle soltar todo tal cual lo pensé nada
más entrar y no martirizarme más.
Las llaves encajaron
en esa puerta tras media hora de angustia. Su cuerpo entró por la puerta y mi
corazón y mi estómago dieron un giro completo a la vez. En las manos traía
bolsas, parecían de la compra.
-Buenos días. – Me dijo con una sonrisa.
-Hola… - Le dije desganada. -¿Qué traes ahí? – Curioseé tras
unos segundos de silencio dejando que él pasase al salón.
-Fui a comprar té y cosas que sé que te gustan. – Me dijo
dejando las cosas en la encimera de la cocina y secándose el sudor con el
brazo.
-No creo que… - Tragué saliva. – No creo que sirvan…
-¿Cómo? – Preguntó Harry extrañado.
-Ven, por favor. Siéntate. – Le dije sentándome yo primero
en el sofá y dando un pequeño golpecito en el respaldo de éste. Harry me hizo
caso y tomó asiento. – Tengo algo que decirte
-Me lo imagino. – Dijo algo seco.
-¿Puedo explicarme y luego sacas tus propias conclusiones?
-Adelante. – Su cara estaba seria y atenta a todo lo que le
tenía que decir, que como ya dijo, se lo olía.
-Regreso a España con Liam. Regresaré para casarme con él y…
no volveré aquí. – La cara de Harry fue completamente un cuadro para dibujar.
Él no se esperaba eso, no se lo esperaba para nada. – Y… espera. – Rebusqué dentro
de mi mochila y saqué el sobre donde estaba el billete a París. – Dáselo a
alguien que se lo merezca, no a mí. Lo siento…
Me levanté con las lágrimas a punto de salir de mis ojos y
cogí mi mochila. Harry sujetaba el sobre aún sentado en el sofá y mirándome como
en segundos desaparecería de su piso y posiblemente de su vida, para siempre.
-Espera. – Decidió a decirme. Se acercó a mí. Subí algo mi
mirada para encontrar sus ojos. -¿De verdad te casas con él?
-Sí Harry. Está decidido.
-Bien… Toma. – Me dijo ofreciéndome los dos billetes de
París. – Aquí tenéis vuestra luna de miel.
Miré los sobres y los rechacé.
-Vamos, cógelos. – Insistió Harry. – Al menos lo
disfrutaréis.
-Gracias… - Le dije amablemente. – Espero que tú también
encuentres a alguien que sepa hacerte feliz, y que sepa valorarte como yo no he
sabido. Lo siento Harry. – Le dije dándole las llaves de su apartamento que me
había dejado prestadas.
Sus ojos llorosos me miraban gritándome que no me fuese de
su lado. Le besé la mejilla y abandoné ese piso. Lo que estaba haciendo era
realmente lo adecuado. Era lo mejor para él y era lo mejor para mí.
Llegué a mi casa donde Liam me esperaba.
-He reservado los billetes de regreso a España para esta
misma noche. Recoge tus cosas, ¡volvemos a casa! - Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
PD. RECTA FINAL, RECTÍSIMA. ME GUSTA POR EL SIGUIENTE CAPÍTULO?
¿que significa directioner?
ResponderEliminarDirectioners somos las que amamos con nuestros corazones, amamos con passion, sus musicas, sus palabras, su acento, sus cuerpos, sus personalidades, los mensajes que nos dejan One Direction. Ser directioner es ser realmente dedicada a esta banda, que la ames con todo el Corazon, que seas capaz hasta de violarlos, quererlos, preocuparse por ellos como su fueran nuestros propios novios, novios de millones y millones de chicas, buscamos noticias, fotos, lo que sea, para saber como les fue en el dia a ellos, y te digo, ser directioner es lo major que me ha pasado.
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