*Narra Harry*
*Unas horas antes*
-Alguna vez se lo tendrás que decir, le tendrás que confesar
todo. ¿No crees? – Me dijo Louis.
-Creo que aún no es el momento. – Le contesté.
-¿Y cuándo lo va a ser Harry? Piensa en que la quieres y piensa en lo que tienes que hacer. Piensa en que si no es ahora no es nunca y piensa que la pierdes como sigas así.
-¿Y qué hago? Intenté escapar de todo esto y lo único que conseguí fue encerrarme más en mi y descubrir lo que la quería. Esto es nuevo para mi, jamás lo había sentido.
-La mentira solo lleva a un camino, y ese camino es el de
quedarte sin nada. Tú decides.
Louis se levantó del sofá y se dirigió a la puerta.
-Se casa en un mes. – Me dijo apoyándose en el pomo. – Se te
acaba el tiempo para decirla todo.
Lo giró y desapareció de mi salón.
Esta situación era la más
rara que podía sentir. La cosa más sumamente extraña que había sentido en toda
mi vida. La necesitaba como el aire y veía que se esfumaba, que desaparecía de
mi vida por completo y no lo podía permitir. Fui yo quien le dije que lo
hiciese y soy yo quien tiene la culpa de que lo haga. Aún lo recordaba
perfectamente…
*Un mes antes*
-Creo que esto ha
llegado a su fin, Harry. – Me dijo mientras me miraba a los ojos, con éstos
llorosos. – Sabes perfectamente que me puede todo esto y que yo quiero a Joe, y
tú quieres a esa chica que apareció el otro día para algo que aún no sé.
-Joe se fue. – La contesté.
-Pero volverá. Sé que él me quiere, y yo le quiero. No
quiero hacerte daño, ni que tú me lo hagas a mí. Las cosas son mejor dejarlas
estar.
-Jane… yo…
-Regresa a Londres y hazla feliz. –Me interrumpió.- Sé que
ella te quiere y tú también la quieres a ella.
-Está bien. Me iré, Jane. – Me levanté del sofá. –Lo
siento.
-¿El qué sientes? - Me preguntó ella con las manos en su sien.
-No haberte querido como la quiero a ella. No haberte dado lo que te dio él. No haber sido como te prometí tantos años atrás ser...
-Eres como eres, y si yo aquel día estuve contigo fue porque de verdad te quería tal y como eras, Harry. Pero ahora, somos mayores. Vivimos en la realidad y debemos de darnos cuenta de que tú la quieres a ella y yo le quiero a él. Juntos no llegaremos a ningún lado. Vete, y lucha. Eso es lo único que puedo decirte.
La miré y pensaba que eran las únicas palabras con razón que me había dicho en todo este tiempo. Ninguno de los dos nos queríamos y todo esto era una farsa, completamente.
Diez minutos para embarcar en ese avión. Me quedaba un largo
viaje de vuelta a Londres. De vuelta a encontrarla. Ella no sabría que había
vuelto solo, y jamás la diría que rompí con Jane. Jamás se enteraría hasta que
no fuese el momento adecuado. No me iba a rendir y no iba a dejar que el error
de animarla a que se casara pudiese conmigo. Iba a conseguir hacerla feliz e
iba a conseguir enamorarla. Cumplir sus sueños y hacerla sentir la chica más
fantástica del mundo, pues para mí, lo era.
Bajé de aquel avión y volvía camino a el piso de hacía unos
meses, viviría en el de enfrente, solo. Podría verla todos los días y todas
horas, podría sentirla tan cerca como antes. En unas horas mi hermana se
casaría y yo debería de estar listo para verla, para enamorarla de nuevo.
Organicé todo lo más rápido que pude y salí de aquel
apartamento yendo a la iglesia donde mi hermana se casaría. Me situé delante de
la puerta y tecleé el número de _____. Después de unos segundos, una preciosa
silueta salía de aquella iglesia. Un moño perfecto, un vestido elegante y una sonrisa
que me enamoraba cada segundo más. La escuchaba y me quedaba sin aliento. Su
voz era tan peculiar que podría asegurar que a cada sílaba mi aliento se
esfumaba.
-¿Sí? – Ella contestó al teléfono. De nuevo la tenía en
frente. Después de tantos meses, la tenía ahí.
-Pensaba que ya no iba a poder hablar contigo. – La dije
-¿Harry?
-El mismo.
-Llamas en mal momento. Estoy…
-¿En la boda de Perrie? – La interrumpí
-Ajá. – Asentí.
-Y vas preciosa. Ese vestido azul es muy elegante.
-Gracias.
-Un placer.
Veía que ella continuaba hablando con aquel móvil mientras
yo me acercaba a ella con el corazón a mil por hora. Su perfecta piel relucía
aún estando a metros.
-Quizá porque estoy lo suficientemente cerca como para
verlo. – La dije.
Ver como sus ojos se iluminaban después de esa frase fue la
mejor sensación de mi vida. Ver como la chica a la que amaba se ilusionaba de
verme era lo mejor que me podría pasar en esa situación. Todo esto tenía tan
solo una palabra: Estaba enamorado. Enamorado de la persona más magnífica del
mundo, de la persona que se merecía las estrellas, de la persona que me ha
hecho llorar, reír, sentir lo que de verdad era el amor. Pero de la persona
equivocada. Pero, ¿qué le iba a hacer? Simplemente apareció en mi vida, y no
pensaba desaprovecharla.
*En la actualidad*
Acababa de vivir la escena más bonita y más desconcertante
del mundo. Después de cuatro meses la había besado de nuevo, pero me sentía
mal. Cris se había enfadado con ella y dentro estaba aquel chico que juraría
quererla para siempre en unos días. Algo tenía que hacer para demostrarla que
la quería y necesitaba decírselo lo antes posible, el tiempo se me acababa. Lo
primero que debía hacer es confesarla todo, empezando con decirle que Jane se
quedó en San Francisco y jamás vino a vivir a Londres conmigo. Que de
lo que más me arrepiento es de haberla animado para casarse con Liam y de
haberme ido lejos intentando escapar de ese sentimiento tan raro que habitaba
dentro de mí.
Cogí el teléfono y abrí los mensajes. Era la hora de
confesarla todo. La hora de decirle todo.
‘Sé que este no es el
momento ni el medio, pero he de decírtelo. Jane no está ni estará. Me dejó
porque se enteró de que te quería y me dijo que volviese a Londres contigo.
Ella quiere a Joe y no sé si habrá conseguido encontrarle. Y… ¿por qué te dije
todo eso? Porque necesitaba enamorarte, ganarte otra vez. Necesitaba sentir lo
que sentí el día que te vi en aquella habitación. Y sabía que si no te decía
que Jane vendría conmigo, tú sabrías que vendría a eso y me ignorarías. ¿Por qué
lo hice? Porque estoy enamorado. Enamorado de ti, Eso, eso era lo que me
pasaba. No quería enamorarme. Por eso te animé a que te casases con Liam,
porque sabía que si te casabas serías algo prohibido y esa sensación se iría de
mí. Y si me escapaba, lejos, muy lejos, ni siquiera sabría de ti y te
olvidaría. Pero todo eso era lo contrario. Te recordaba a cada segundo, a cada
milésima. Cada beso con Jane alimentaba más mi sentimiento por ti. Ahora quizá
ya sea tarde, y te pido perdón por mentirte. Y, a lo mejor es tarde, pero… no
quiero que te cases. No lo hagas, por favor. Te necesito conmigo, para siempre.’
Ya había pulsado el botón de enviar. Ya no había vuelta a
atrás. Ahora todo quedaría en sus manos.
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Oooh Harry, si supieras que si te amo, y que dejaria todo con Liam por ti :(
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