¡Joe! Era él. ¿Qué hacía en Londres? Estaba
confuso y buscaba algo con la mirada. Parado en plena calle mientras la gente
que pasaba por su lado trataba de esquivarle. ¡Qué casualidad!
-¡Oh!
Es Joe. – Exclamé.
-¿Quién?
– Liam me miró extrañado y me preguntó. ¡Claro! Había olvidado que él no tenía
ni idea de mi pequeña escapada a San Francisco…
-Un
amigo que conocí en el aeropuerto… - Improvisé. – Ahora vengo.
Abrí
la puerta de ese restaurante y salí. Agitaba la mano de un lado para otro para
que él me viese.
-¡Joe!
– Su oído debió detectar mi voz y se giró. Automáticamente me miró y sonrió.
-¡Oh
Dios mío! Al fin te encuentro. – Dijo el a medida que nos íbamos acercando.
Después me dio un cariñoso abrazo y nos sonreímos.
-No
tengo mucho tiempo. Pero necesito que digas que te conocí en el aeropuerto a
cualquier persona que te presente ¿vale? – Le ordené.
-Claro.
–Dijo confuso.
-Y,
bueno ¿cómo que tú por aquí? – Pregunté.
-Necesito
hablar contigo… Estaba esperando un taxi para llegar a mi casa, pero parece que
aquí no viene ninguno… -Reí.
-¿Te
mudas a Londres?
-Es
una larga historia…
-Bueno,
yo ahora… estoy en una comida pero… si quieres esta tarde podríamos quedar y me
cuentas lo que me tengas que contar.
-¡Claro!
– Exclamó.
-Por
cierto, es mejor que vayas más hacia arriba de la calle. Allí pasan más taxis
que aquí… - Le sugerí.
-Gracias,
_____. Luego hablamos.
Entré
de nuevo al restaurante bajo la mirada de ellos tres. Las tres miradas
demasiado confusas, no habían visto jamás esa cara.
-¿Quién
era? ¿Y por qué te abrazó? – Dijo Liam mientras yo me sentaba en la silla.
-Tranquilo
cariño, un simple amigo que conocí en el aeropuerto. Viajamos en el mismo viaje
y bueno, congeniamos bien.
Parecía
que a Liam no le había hecho mucha gracia. Es más, parecía que no le había
hecho nada de gracia. Perrie y Zayn se miraban con miradas compenetradas,
ilusionados. Compartirían algo para toda la vida.
-Bueno
y… ¿para cuándo la boda? – Intenté esquivar aquella incomoda situación que
habíamos creado Liam y yo.
-¡Para
el mes que viene! Si n no cogeré en ningún vestido… - Dijo Perrie. Su tripita
se iba notando cada día más y tenía razón. Si no se daban prisa se tendría que
comprar un vestido inmenso.
Salimos de ese restaurante después de comer bastante bien. Montamos en el coche y volvimos
a casa que no había nadie. Cris debía de haberse ido a pasar el día con Louis.
-Esta
tarde voy a salir a dar una vuelta con Joe, mi amigo. – Informé a Liam. Él me
miró intentándome decir que no quería que lo hiciese. –Vamos cariño, confía en mí. Es solo un
amigo. - Él me sonrió y me besó. –No creo que tarde mucho. Sólo quiero que me
cuente algo que tenía que decirme. ¡No te preocupes!
Después
de eso fui a prepararme. No me arreglé mucho y tampoco me abrigué mucho, ya era
Marzo y el frío empezaba a desaparecer. Había olvidado mencionar que para mi
boda quedaban dos meses. Me casaría el once de Mayo y ya estaba todo preparado.
Los invitados, el vestido, el sitio. Todo.
Mi
móvil sonaba. Era Joe. Seguro que quería saber donde quedaríamos y así fue. Le
indiqué donde podríamos quedar y cogí el coche de Liam para llegar hasta allí.
Era raro, pero hacía un día soleado en Londres.
Allí
estaba él, apoyado en el respaldo de un banco. Aparqué aquel coche y bajé. Me
acerqué a él y nos dimos un abrazo como saludo.
-¡Qué
bien hueles! – Me dijo.
-Muchas
gracias. Tú también. – Le sonreí.
Íbamos
caminando por un parque que había cerca de donde habíamos quedado. De momento
hablábamos de el día en el que nos conocimos, pero todo cambió cuando le
pregunté que era lo que me tenía que contar.
-Y
bueno, ¿qué es eso que me tenías que contar?
-Veras…
- Dijo metiéndose las manos en los bolsillos. – Es sobre Harry. – Mi cara
cambió. Mi gesto cambió y mi estómago se había
transformado en totalmente un nudo.
-¿Qué
es? – Le dije.
-El
otro día me lo encontré andando por la calle… Iba solo y me pareció extraño.
Intenté esquivarle para que no me viese y me echase una de esas miradas asesinas,
pero no pude esquivarlo. Me lo encontré de frente y aun que intenté que no
pudiese verme, no lo logré. Se acercó a mí y me tocó el hombro. Me dijo que no
le juzgase por lo que pasó aquel día que bueno… ya sabes…
-Sí,
sí que sé. – Dije intentando que siguiese con la conversación.
-Bueno…
él me propuso ir a comer para aclarar todo. – Continuó. – No sé por qué pero
acepté. Le hablé de que me vendría a
vivir a Londres para estudiar fotografía. Me pidió por favor que te buscase. Me
dio tu dirección y me dijo que te buscase
y que te dijese que… - tragó saliva.- él te quiere, y no lo va a dejar
de hacer nunca… y que si algún día os volvéis a encontrar que te dará las
explicaciones que te mereces. Y que por favor te dijese que… lo sentía de
verdad por hacerte tanto daño, pero que era lo mejor para los dos… y bueno, después de eso me dijo que te diese esto.
Joe me dio un sobre blanco. No quería leerlo. No quería saber nada de él. Sabía que si leía aquello todo volvería a mi mente y no era lo más adecuado. Con lo cual, lo guardé en mi bolso. Mis
lágrimas rodaban por mi cara. Joe había llegado para contármelo en el momento que yo ya había
pasado página y justo cuando ya había olvidado cualquier cosa que me recordase
a él. Cuando Harry ya en mi vida no ocupaba
ningún lugar, sólo el de un simple
recuerdo.
-Y…
¿sabes qué tal está con Jane? – Pregunté mientras lloraba.
-No…
no lo sé. No quise preguntarlo. Sabes que bueno… yo también la sigo queriendo a
ella y sé que me haría daño saber que están bien…
-Joe…
¿sabes? Esto que me has dicho… creo que no lo debías de haber echo… Dentro de
dos meses me caso y tenía todo tan claro…
-¿Y
ahora?
-No…
digo, sí… ¡No lo sé!
-Si
tu quieres a tu futuro marido, olvida a Harry… es mi consejo. Él es quien te
hará feliz. Si tú y Harry no habéis estado juntos ya, piensa porque quizá no
debéis de estarlo…
Mi
cabeza asintió y hizo caso a aquella frase que había escuchado de la boca de
Joe. Él tenía razón. Quizá Harry en mi vida ya no haría ningún bien.
-Yo
no pretendía liarte ni confundirte, solo que… me parecía que debía de decírtelo.
Espero que si algún día le ves… acabéis como amigos.
Amigos…
esa palabra pensé que nunca podría llegar a ser con Harry. Y ahora seguía
pensando igual. Ahora que había escuchado de nuevo hablar de él, que escuché
que me quería… La voz que había escuchado horas antes a través del móvil de
Perrie… Esto no me estaba haciendo ningún bien. Solo me estaba haciendo
confundirme.
-¿Tu
novio sabe algo de lo de Harry? – Me preguntó Joe.
-No…
nada.
-¿No
se lo piensas contar?
-Prometí
a Harry no hacerlo…
-También
prometiste dejar todo por él y no lo cumpliste. Creo que deberías decírselo. Él
se va a casar dentro dos meses contigo, y creo que debería de saber todo sobre ti…
Joe
tenía razón… aunque prometiese a Harry no contar nada a Liam de lo que pasó,
debía de hacerlo. Necesitaba contárselo.
Regresamos
al sitio donde había aparcado horas antes mi coche. Me despedí con un profundo
abrazo de Joe y monté en el coche. Conducía mirando a aquella carretera. Mi
cabeza no paraba de pensar en él… de nuevo era el pensamiento más presente en
mi cabeza. Tenía que contarle todo a Liam, tenía que confesarle todo. Era lo
mejor. Prefería que se casase sinceramente conmigo, no quería que se casase con
una mentirosa.
Aparqué
de nuevo el coche y subí al apartamento. De nuevo estaba solo Liam, sentado en
el sofá viendo la televisión. Entré por la puerta y me sonrió.
-¡Que
pronto has llegado! - Exclamó.
-Claro…
- Le sonreí vagamente.
-¿Pasa
algo?
-No,
nada. – Me senté a su lado después de quitarme la chaqueta y el bolso. Él
miraba pendiente a la televisión. – Oye Liam, ¿tú perdonarías una infidelidad? –
Pregunté para asegurarme de que podría contárselo, que no se echaría para
atrás.
-Lo
dudo. – Dijo seriamente. - ¿Por qué?
-Ah…
nada. Joe me dijo que su novia le había puesto los cuernos y… que él no le
había perdonado.
-Es
normal. Si tu quieres a una persona jamás la engañas con otra, ¿no crees? –
Dijo pasando su brazo por mi cuello y arrimándome sobre su torso.
-Claro…
- Le dije. No. Ahora sí que no. No podría contarle nada. Liam jamás se
enteraría de lo que pasó con Harry. Eso quedaría en un secreto. Un secreto que
jamás llegaría a los oídos de Liam.
El
timbre de la puerta sonaba. Seguro que era Cris. Me levanté y arrastré mis pies
hasta llegar al pomo de la puerta. Abrí.
-¡____!
– Era Perrie. – Necesito hablar contigo…
-Claro, pasa.
Perrie
cogió mi brazo y me sacó al rellano. Me alejó lo más posible de la puerta y
empezó a contarme algo que no entendía para nada.
-Harry…
es Harry… ¡Dios mío!
-Qué,
dime, ¿Qué pasa?
-Jane…
Jane, esa chica es peligrosa.
-¿Cómo
que es peligrosa? Perrie… tranquilízate, no entiendo nada. Y en tu estado estar
así de nerviosa tampoco será bueno…
-_____
, Harry está en el hospital…
PD. Dale a me gusta si quieres el siguiente :)
Siguiente asdfghjkl
ResponderEliminarJDASKLDJKASLDJSKALDJ SIGUEEEE!!!
ResponderEliminar